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Alejandro Gonzalez | 13:42

R.V. 1960

Tito
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Capitulo 2

2:1 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. 
2:2 Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 
2:3 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 
2:4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 
2:5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. 
2:6 Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; 
2:7 presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, 
2:8 palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. 
2:9 Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; 
2:10 no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. 
2:11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 
2:12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 
2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 
2:14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. 
2:15 Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.

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