2 Carta a los Corintios | El Camino, Jesucristo la luz del Mundo / Ministerio VCM <h1>El Camino, Jesucristo la luz del Mundo / Ministerio VCM</h1> 2 Carta a los Corintios ') ')


Alejandro Gonzalez | 7:38

2 Carta a los Corintios

R.V. 1960

2 de Corintios
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
11 12 13

Antiguo Testamento
Génesis
Éxodo
Levítico
Números
Deuteronomio
Josué
Jueces
Rut
1° de Samuel
2° de Samuel
1° de Reyes
2° de Reyes
1° de Crónicas
2° de Crónicas
Esdras
Nehemías
Ester
Job
Los Salmos
Proverbios
Eclesiastés
El Cantar de los Cantares
Isaías
Jeremías
Lamentaciones de Jeremías
Ezequiel
Daniel
Oseas
Joel
Amós
Abdías
Jonas
Miqueas
Nahúm
Habacuc
Sofonías
Hageo
Zacarías
Malaquías

Nuevo Testamento
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
Los Hechos
Romanos
1ª a los Corintios
2ª a los Corintios
Gálatas
Efesios
Filipenses
Colosenses
1ª a los Tesalonicenses
2ª a los Tesalonicenses
1ª a Timoteo
2ª a Timoteo
Tito
Filemón
Hebreos
Santiago
1ª de Pedro
2ª de Pedro
1ª de Juan
2ª de Juan
3ª de Juan
Judas
Apocalipsis

Capitulo 1

1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya: 
1:2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 
1:4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 
1:5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 
1:6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. 
1:7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación. 
1:8 Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. 
1:9 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; 
1:10 el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte; 
1:11 cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.
1:12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros. 
1:13 Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis; y espero que hasta el fin las entenderéis; 
1:14 como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús. 
1:15 Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia, 
1:16 y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea. 
1:17 Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No? 
1:18 Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. 
1:19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; 
1:20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. 
1:21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, 
1:22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones. 
1:23 Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto. 
1:24 No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.

Sin comentarios

No hay comentarios. ¡Sé el primero!
Gracias por dejar tu comentario. Dentro de un rato podrás verlo. Bendiciones.